Inauguración de la exposición «Viajar para pintar. Sorolla y la escultura pintada»

El 26 de abril de 2024 se ha inaugurado la exposición «Viajar para pintar. Sorolla y la escultura pintada» en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid.

Con motivo de la celebración del Centenario del fallecimiento de Joaquín
Sorolla Bastida (Valencia, 1863– Cercedilla, 1923), el Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla en colaboración con el Museo Nacional de Escultura presentan «Sorolla y la escultura pintada», exposición que explora la relación de Sorolla con la escultura a partir de los viajes que realizó a distintas ciudades de la actual Castilla y León.

La muestra se enmarca dentro del ciclo Viajar para pintar, proyecto expositivo que profundiza en la incansable voluntad del genial pintor valenciano de plasmar en el lienzo la vida y todo cuanto le rodeaba durante los innumerables viajes que realizó a lo largo y ancho de España, y que ya ha contado con varias ediciones celebradas en ciudades como Madrid, Toledo, La Coruña o San Sebastián.

En esta ocasión, el Museo Nacional de Escultura presenta una cuidada selección de pinturas, esculturas y reproducciones artísticas pertenecientes a las colecciones del Museo Sorolla, de la Fundación Museo Sorolla y del propio museo vallisoletano, ofreciendo una faceta diferente de la obra de Sorolla, alejada de la costa mediterránea y en la que las escenas de bañistas y de paisajes marítimos son sustituidas por las portadas de las grandes catedrales castellanas, las fachadas de palacios e iglesias o los retablos y sepulcros de su interior.

La exposición abarca un marco temporal que comprende desde los años de juventud de Sorolla hasta su etapa de madurez, haciendo especial énfasis en una serie de viajes que realizó a las ciudades de León, Segovia, Ávila y Burgos entre 1902 y 1910. En todos ellos Sorolla pudo contemplar y recoger con sus pinceles la riqueza escultórica presente en estas ciudades, en un momento en el que la sociedad española comenzaba a tomar conciencia del valor y de la importancia de preservar el patrimonio histórico.

La relación entre Sorolla y la escultura empezaría a tomar forma antes de realizar aquellos viajes, durante su etapa de formación en Valencia y su estancia en Italia, en unos años de aprendizaje y asimilación en los que capta las imágenes y elementos escultóricos a partir de notas de color.
Los viajes que hace a León en las primaveras de 1902 y 1903 le permitirán admirar la catedral y la escultura policromada de sus portadas, no perdiendo la oportunidad de ofrecer su visión de la misma a través de sus pinceles y su ojo fotográfico. En octubre de 1906 viaja a Segovia, donde visita alguno de sus lugares más emblemáticos, entre ellos el Monasterio de El Parral. Las visitas a las ciudades de Ávila y Burgos forman parte de un
mismo viaje que realiza entre finales de marzo y principios de abril de
1910, donde experimentará la dureza de la tierra y el clima castellanos.

A modo de cierre, la exposición muestra una serie de obras vinculadas a un ámbito doméstico, en el que la escultura está presente
tanto en el estudio del pintor como en los jardines de su casa en Madrid,
fruto del afán coleccionista que le llevó a adquirir todo tipo de piezas
que también cumplieron con una función artística y no dejaron de ser
fuente de inspiración.

Se podrá contemplar en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid hasta el 25 de agosto de 2024.